.La educación es un derecho y una obligación en Argentina

"Libertad es que, si no querés mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitas en el taller, puedas hacerlo" Esta frase que va a contrapelo de la tradición educativa argentina, la pronunció el diputado libertario “Bertie” Benegas Lynch, quien se está haciendo conocer por sus expresiones extremas, como cuando todavía en campaña, proponía romper vínculos con el Vaticano, pero ese es otro tema.  

Recordemos que el 8 de julio de 1884 durante la presidencia de Julio Argentino Roca, y siendo Sarmiento director general del Consejo Nacional de Educación, se promulgó la Ley 1420 que establece la educación primaria común, gratuita y obligatoria. considerada la base fundacional del sistema educativo nacional. El eje fundamental se centró en la gratuidad y obligatoriedad escolar con el objetivo de que la escuela fuera un medio al alcance de niños y niñas.

Esta ley que posibilitó que Argentina se desarrollara vigorosamente y ocupara un lugar de privilegio en el contexto de las naciones, estableció a la educación como un derecho. La idea de que todos los ciudadanos, fuera quien fuera, todos los niños, hombres y mujeres, nativos, inmigrantes, rurales o urbanos, pobres o ricos, debían concurrir a la misma escuela, en igualdad de condiciones, aprender lo mismo, para formarse como ciudadanos y poder ejercer sus derechos.

Benegas Lynch ingresa, además, en otro tema muy álgido el del trabajo infantil. El diputado parece ignorar que la ley 26.390 prohíbe explícitamente en su artículo 2do. el trabajo de las personas menores de dieciséis (16) años en todas sus formas, exista o no relación de empleo contractual, y sea éste remunerado o no. Además, constituye un delito penado hasta con cuatro años de cárcel, al que aprovechare económicamente el trabajo de un niño.[i]

El tema del trabajo infantil en el mundo genera mucha preocupación y son varias las organizaciones dedicadas a combatirlo. Es que, según las últimas estimaciones de UNICEF, unos 160 millones de niños –63 millones de niñas y 97 millones de niños– eran trabajadores infantiles a nivel mundial a principios de 2020, lo que representa casi 1 de cada 10 niños en todo el mundo.

Claro está que Benegas Lynch es parte de esa argentina central, que desconoce el país profundo; criado, educado y formado en el corazón del barrio norte porteño, no conoce de las pobrezas ni de las miserias existentes en grandes bolsones sociales que se han formado en diversos lugares, especialmente en los conurbanos de las grandes ciudades de nuestro país. Lo más extraño al formular estas expresiones es que parece ignorar nuestra propia historia. La obligatoriedad de la educación primaria fue una política de Estado a partir del proceso de organización nacional, que dio rápidamente sus frutos y ya, en los albores del Siglo XX, Argentina había vencido el analfabetismo y ocupaba el primer lugar entre los países de habla hispana más alfabetizados. Hoy con la educación en crisis, todo político debe saber y entender que solo la educación nos sacará del profundo pozo económico y social en que hemos caído.  


[i] (Ley 26.847, art. 148 bis, año 2013)


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