El fraude con el esquema Ponzi o las estafas piramidales

Variados asuntos podrían ser analizados hoy, como la guerra entre Israel e Irán, la prisión domiciliaria con tobillera de la dos veces presidenta y líder del peronismo Cristina de Kirchner, las muy bajas calificaciones de las universidades argentinas, entre los temas más importantes, pero estos los iremos desarrollando en el transcurso de los próximos días, hoy deseo continuar con el tema de las estafas virtuales.

Ayer mencionábamos entre ellas, el robo de contraseñas o datos (Phishing). Estafas vía SMS que llevan a sitios fraudulentos (Vishing): Llamadas telefónicas con fines de engaño, Falsos premios o herencias: Mensajes que informan de premios inexistentes para pedir dinero o datos personales. Clonación de tarjetas. Secuestro de cuentas de WhatsApp. Robos con criptomonedas y las estafas piramidales con promesas de ganancias rápidas.

Vamos a referirnos a estas últimas. Las estafas piramidales son fraudes de inversión donde una persona (o empresa) promete rendimientos muy altos y paga esos rendimientos con el dinero que ingresan nuevos inversores, no con ganancias auténticas. Los primeros inversores reciben pagos reales (con dinero de otros). Eso genera confianza y más gente invierte. No hay inversión verdadera ni actividad económica productiva. Cuando el flujo de nuevos fondos se detiene, el sistema colapsa.

Otro sistema semejante, es el esquema Ponzi, una estafa financiera que promete altas ganancias en poco tiempo, similar a una estafa piramidal, pero con una estructura diferente. A diferencia de la anterior, donde los participantes deben reclutar a gente para obtener beneficios, en un esquema Ponzi es el o la líder quien se encarga de atraer los fondos, sin necesidad de que los inversores hagan el reclutamiento.

Aunque el enfoque de cada esquema es diferente, los dos conducen al mismo resultado: personas engañadas que pierden sus ahorros. En ambos casos, los líderes se destacan por su carisma y habilidad para convencer mediante mentiras.

Bernard Madoff, en EE. UU., estafó por más de 65.000 millones de dólares en el esquema Ponzi más grande que se conozca.  En nuestro país un ejemplo de un esquema Ponzi es el de Generación Zoé, liderada por Leonardo Cositorto. Esta organización se presentaba como una academia de coaching financiero y desarrollo personal, prometiendo rendimientos altísimos de entre el 7% y el 10% mensual. El dinero que la gente invertía se usaba para hacer crecer la empresa, expandiéndose fuera de Argentina y dándole una imagen de seriedad y éxito. Sin embargo, su modelo de negocio era insostenible, ya que dependía de la llegada de nuevos inversores para pagar a los que ya habían puesto su dinero.

Como suele pasar en estos casos, en 2022, el esquema se vino abajo y Cositorto fue detenido por fraude.

No se deje engañar, desconfíe siempre de los que prometen ganancias desproporcionadas y muy rápidas. Averigüe bien si el que le propone una inversión, está controlado por el Estado y autorizado a operar en el campo financiero. Y debe desconfiar más aún cuando le informan que las ganancias se originan en criptomonedas o en algo extraño para usted.  

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