El Agente de Viajes
Hoy dejaremos de lado los temas políticos, económicos y los sin duda graves problemas de nuestra sociedad, para referirnos al agente de viajes, ese multifacético profesional de la cadena turística, ya que el sábado último, 27, se celebró su día en nuestro país.
Se eligió esta fecha porque el 27 de abril de 1951, se realizó la primera Asamblea General Constitutiva de la que pasaba a ser la Asociación Argentina de Agencias de Viajes, Turismo y Afines (AAAVYT).
Alguna vez el presidente Richard Nixon dijo, refiriéndose al agente de viajes, “Nadie da tanto por tan poco” una sentencia que bien les cabe a los profesionales del turismo, que atienden, asesoran, organizan, brindan información sobre los atractivos turísticos, sobre las ofertas económicas, cuidando la economía de su cliente. Y todo esto lo hace sin cobrar por su profesionalidad, solo recibe una pequeña comisión del prestador del servicio, al pasajero o turista no le cuesta nada, generalmente.
En cuanto a los beneficios para un país, una localidad, un transportador ya sea aéreo, como terrestre o marítimo, una cadena hotelera o un hotel, el agente de viajes, ya sea desde su mostrador o un operador que arma paquetes, es un valioso colaborador para crear una oferta turística atractiva. Además, con frecuencia, debe interactuar con los clientes, resolver conflictos y elaborar destinos.
En Argentina la actividad está regulada por la ley 18829, de noviembre de 1970. Entre los fundamentos del proyecto se explica:
“La actividad del Agente de Viajes, mundialmente reconocida como uno de los medios indispensables y más efectivos para la realización del turismo, fenómeno socioeconómico que se ha convertido en una de las industrias más competitivas del planeta, no podía seguir siendo ejercida sin una adecuada legislación.
Al Agente de Viajes, operador fundamental de esa actividad, se le confían trámites y gestiones que representan normalmente importantes intereses económicos y espirituales que hacen al prestigio del país, ya que una deficiente prestación de servicios puede afectar la imagen misma de la República, ante la opinión pública internacional.
En el orden de ideas expresado, el Agente de Viajes debe reunir requisitos básicos de idoneidad, capacitación, honorabilidad y solvencia. En tal sentido el Estado se encuentra obligado a dictar la legislación pertinente tendiente a asegurar esas calidades.”
Ciertamente que el Agente de Viajes es reconocido mundialmente como un factor determinante para la actividad turística. Y bien vale la frase de Nixon que hoy recordamos, “Nadie da tanto, por tan poco” Nuestras felicitaciones a todos los agentes de viaje de nuestro medio.
Alguna vez el presidente Richard Nixon dijo, refiriéndose al agente de viajes, “Nadie da tanto por tan poco” una sentencia que bien les cabe a los profesionales del turismo, que atienden, asesoran, organizan, brindan información sobre los atractivos turísticos, sobre las ofertas económicas, cuidando la economía de su cliente. Y todo esto lo hace sin cobrar por su profesionalidad, solo recibe una pequeña comisión del prestador del servicio, al pasajero o turista no le cuesta nada, generalmente.
En cuanto a los beneficios para un país, una localidad, un transportador ya sea aéreo, como terrestre o marítimo, una cadena hotelera o un hotel, el agente de viajes, ya sea desde su mostrador o un operador que arma paquetes, es un valioso colaborador para crear una oferta turística atractiva. Además, con frecuencia, debe interactuar con los clientes, resolver conflictos y elaborar destinos.
En Argentina la actividad está regulada por la ley 18829, de noviembre de 1970. Entre los fundamentos del proyecto se explica:
“La actividad del Agente de Viajes, mundialmente reconocida como uno de los medios indispensables y más efectivos para la realización del turismo, fenómeno socioeconómico que se ha convertido en una de las industrias más competitivas del planeta, no podía seguir siendo ejercida sin una adecuada legislación.
Al Agente de Viajes, operador fundamental de esa actividad, se le confían trámites y gestiones que representan normalmente importantes intereses económicos y espirituales que hacen al prestigio del país, ya que una deficiente prestación de servicios puede afectar la imagen misma de la República, ante la opinión pública internacional.
En el orden de ideas expresado, el Agente de Viajes debe reunir requisitos básicos de idoneidad, capacitación, honorabilidad y solvencia. En tal sentido el Estado se encuentra obligado a dictar la legislación pertinente tendiente a asegurar esas calidades.”
Ciertamente que el Agente de Viajes es reconocido mundialmente como un factor determinante para la actividad turística. Y bien vale la frase de Nixon que hoy recordamos, “Nadie da tanto, por tan poco” Nuestras felicitaciones a todos los agentes de viaje de nuestro medio.
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