Recordando el 11-S

Ayer se cumplió un nuevo aniversario del brutal atentado terrorista contra los EEUU, que incluyera la destrucción total de la Torres Gemelas de Nueva York.  Corría el año 2001 y el suceso, que simboliza el trágico comienzo del Siglo XXI, marcó fuertemente a la humanidad toda. La ciudad, reconocida como Capital Financiera del Planeta sufrió la mayor pérdida en vidas humanas y en daños materiales que se registra en un atentado.

El  Presidente Obama en 2011 dejó inaugurado el Monumento al cumplirse el décimo aniversario del trágico suceso. Además, un interesante Museo que sin apelar a golpes bajos, muestra la magnitud del terrible crimen.

Sin embargo no solo en Nueva York se recuerda el atentado terrorista. En otros lugares de la Unión, también se conmemora al 11 S como una jornada luctuosa. En Pennsylvania se rinde cada año, homenaje a las víctimas del secuestrado vuelo 93 de American Airlines que se estrellara en un campo de la localidad de Shanksville. También en Washington se recuerda a los muertos en el ataque al Pentágono.

En nuestra memoria inmortalizamos el hecho de que un grupo de 19 terroristas suicidas, comandados ideológicamente por Osama Bin Laden, por entonces líder de la organización fundamentalista Al Qaeda, se apoderó esa mañana de cuatro aviones comerciales estrellando dos contra las torres, uno contra el pentágono y el otro cayendo sin alcanzar su presunto objetivo, la Casa Blanca.   El simbolismo estaba claramente expresado: las Gemelas, sede del World Trade Center, representaban la riqueza y el poder económico; el Pentágono el poder militar y la Casa Blanca el poder político.  Un artero ataque al centro mismo de la Nación que rige los destinos de la humanidad, demostraría la vulnerabilidad de sus sistemas de seguridad.

El saldo, miles de víctimas de todas las razas, edades y religiones provenientes de 91 países, entre ellos cuatro compatriotas nuestros. El total de muertos en las torres superó la cifra de 3000. Mario Santoro un argentino que trabajaba como paramédico, estaba de franco ese día y se encontraba en su casa con su esposa y su pequeña hija. Tras el primer ataque corrió a las torres a ayudar a la gente y nunca más se lo vio con vida. Su cuerpo fue encontrado y como era su deseo, fue cremado.

En los cuatro puntos cardinales del planeta se rezó, cada uno en su fé, por seres humanos inocentes, victimas del odio religioso, racial y culural, que lamentablemente tiene plena vigencia en el planeta.

Y para terminar, sólo una persona en Argentina se mostró feliz por la tragedia que enlutó a toda la humanidad y en su momento dijo que brindó por el nefasto hecho. la Sra. Hebe María Pastor de Bonafini; ese ser extraño, felizmente infrecuente, que hoy está involucrada en turbios manejos de fondos públicos, que continúa defendiendo a Crstina y despotricando contra Macri por el canal oficial, tras una interpretación disparatada de tolerancia política.

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